Macarena Silva, académica de la Universidad de Chile con amplia experiencia en el desarrollo de investigaciones en el área de comprensión lectora, entrega recomendaciones para acercar la lectura a niños y niñas en casa. Este domingo 23 de abril se celebra el Día Internacional del Libro, conmemoración que tiene entre sus objetivos el fomento de la lectura. En este marco y considerando el rezago escolar en esta área, una recomendación es reforzar e incentivar la lectura en casa.
Macarena Silva, investigadora del CIAE y subdirectora del Instituto de Estudios Avanzados en Educación de la Universidad de Chile (IE) de la Universidad de Chile, entrega algunos consejos.
En primera instancia, la académica, quien es doctora en Psicología de la Universidad de Lancaster, Reino Unido, enfatiza en que la casa no es una escuela “no debemos replicar lo que hacemos en los colegios, sino más bien apoyar y contribuir a lo que están haciendo las y los docentes”.
¿Qué podemos hacer en casa? Según la experta en desarrollo de la comprensión lectora en los primeros años, primero, es fundamental contar con materiales de lectura diversos (no necesariamente libros) y a la mano. “Tener apertura en el sentido de qué cosas ellos/as pueden leer es importante para que practiquen, nosotros leemos lo que nos interesa y a los niños/as les pasa lo mismo”, explica. En este sentido, puntualiza que es importante tener material de lectura disponible, por ejemplo, si se está esperando para entrar al doctor o en el auto, tener alguna revista u otro elemento que permita que los niños pasen tiempo leyendo.
La sensación de éxito es otro recurso importante. Los seres humanos en general tratamos de evitar las cosas que son más difíciles para nosotros, si a los/as niños/as les cuesta leer, hay que hacer que las tareas de lectura sean más amenas y que sientan que pueden lograrlo, explica la profesora del IE. Una forma es presentarles desafíos de lectura, “un material de lectura que es bastante popular entre los niños son los cómics. Si bien, puede ser difícil integrar toda la información del cómic, estos tienen el “plus” de que los niños pueden ir leyendo poco a poco distintas viñetas. La idea es potenciar que cada una de las viñetas que ellos leen, que logran completar, les entregue una sensación de éxito”.
Sobre esto señala que es importante reforzar con los niños y niñas que ellos sí pueden leer, que pueden lograrlo. Para este mismo objetivo, también recomienda los libros informativos/expositivos que tienen recuadros (las enciclopedias de animales, por ejemplo). Pueden ir leyendo de a poco cada recuadro y así van experimentando qué se siente leer y poder hacerlo. Para eso los desafíos tienen que ser atingentes y pertinentes a su nivel.
Los momentos de lectura en familia pueden ser una gran oportunidad para que los niños/as se acerquen a leer. La académica de la Universidad de Chile recomienda que se tomen turnos “un pedazo lo leen los padres, madres o cuidadores y el otro los niños/as, así se va generando una actividad más dinámica donde la carga está siendo compartida entre ambos”.
Al mismo tiempo, se puede ejercitar la lectura repetida, según explica Macarena, es bueno leer el mismo libro una y otra vez, porque eso les permite ir mejorando la precisión con que leen ciertas palabras y también la fluidez. “También nos pasa a los adultos, la primera vez que leemos una palabra desconocida nos demoramos un poco más en leerla y después ya lo podemos hacer de forma más automática”.
Mientras se lee un libro es importante que los niños y niñas puedan pensar sobre la lectura usando preguntas, esto les ayudará a vincularse con el libro. Para ello, se les puede hacer preguntas antes, durante y al terminar la lectura, idealmente preguntas que vayan más allá del chequeo de la información. “Por ejemplo, uno les podría preguntar: ¿qué hubieras hecho tú si hubieras sido ese personaje? ¿Qué consejos le darías a este personaje para que no le ocurra lo mismo? Es decir, a partir de la lectura generar pensamiento, desarrollo de ideas que hagan que los niños puedan disfrutar”, explica la académica.
Finalmente, enfatiza en que para mejorar la lectura y comprensión lectora hay que tener presente el vínculo con el lenguaje oral y escrito. “Muchas veces se nos olvida que la lectura va anclada a la comprensión lectora, en la habilidad también de comprender el lenguaje oral. Es importante tener espacios de conversación, discusión e intercambio con los niños y niñas que permitan que ellos amplíen su conversación en el mundo del lenguaje”.
En este sentido, señala que hay que ofrecerles sinónimos a palabras conocidas, explicar, preguntar, es decir, enriquecer su participación en el habla. Lo mismo ocurre con la escritura, “podemos hacer que las niñas y los niños participen de actividades que se realizan en la vida cotidiana, en los hogares, por ejemplo, escribir una lista de compras. Ir mostrándole a los niños/as que la lectura, la escritura y la oralidad son parte de la vida”, señala la investigadora del CIAE.
Fuente: Comunicaciones CIAE
https://www.ciae.uchile.cl/index.php?page=view_noticias&langSite=es&id=2690